jueves, 25 de abril de 2013

Focaccia de tomillo y romero

Cuando tienes un ratito el domingo por la tarde y se te amontonan las cosas por hacer piensas que es el momento de hacer algo para tí. Algo que te guste y te relaje y que te haga sentir bien. El pan es una de esas cosas que no haces a menudo, pero que cuando sacas un ratito y lo haces te sientes de maravilla.

Haces un par de semanas decidimos hacer algo juntos SuperG y yo, y nos lavamos bien las manos, nos remangamos y nos pusimos manos a la obra con esta Focaccia. En mi tierra lo llamaríamos "Salailla de tomillo y romero", pero así creo que nos entenderemos mejor.


¿Qué necesito para esta receta?

450 g de harina de fuerza
2 cucharadas de levadura rápida
Sal marina
Sal en escamas (o sal gorda)
1 cucharada de romero fresco picado
1 cucharada de tomillo fresco picado (y unas cuantas ramitas más)
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

¡A la marmita!

Tamizamos la harina en un cuenco grande y añadimos la levadura y una cucharadita de sal marina. Incorpora mos las hierbas muy picadas. Añadimos el aceite de oliva y 250 o 300 ml de agua tibia, mezclamos todo ayudándonos con una cuchara de madera. Sacamos la masa del cuenco (que no debe de quedar muy pegajosa) y la amasamos durante unos 5 ó 10 minutos.

Untamos un cuenco con aceite, introducimos la masa y la tapamos con un paño húmedo. La dejamos reposar al menos una hora para que duplique su tamaño.

Transcurrida esa hora golpeamos la masa con los nudillos para dejar salir el aire y la dividimos en 4 porciones. Amasamos cada porción y le damos la masa que cada uno prefiera, barrita de pan, rosca... pero quedan mucho más buenos en forma ovalada y aplanadas, dejando la masa como con 1 cm de grosor. 

Untamos con aceite una bandeja del horno y colocamos las cuatro porciones. Las cubrimos con film transparente y las dejamos reposar otros 20 minutos. Mientras, precalentamos el horno a unos 220ºC (gas 7).

Pasado este tiempo decoramos los panes con las hojitas de romero restantes y con la sal gorda, se rocían con aceite de oliva y los horneamos durante unos 15 ó 20 minutos. Al retirarlos los envolvemos en un paño limpio para que no se endurezcan y pueden aguantar un par de días. 

Espero que disfrutéis esta receta tanto como ya disfruté haciéndola. ¡El resultado es increíblemente sabroso y adictivo!

¡Un abrazo para todas las brujos y los brujos que se pasan por este lugar!