miércoles, 13 de marzo de 2013

Restaurante La Pulpería de Victoria en Madrid

Cerca de Sol encontramos la calle de la Victoria que conduce a la plaza del Ángel. Allí encontramos esta pulpería de renombre con sabor a norte y decoración acogedora y elegante.

Fue nuestra elección para el pasado viernes. Había leído que servían el mejor pulpo de Madrid y quisimos comprobarlo.

Cuando llegamos nos sorprendió su entrada de mesas altas y alargadas que recordaban a las que podemos encontrar en cualquier pulpería en el mítico Santiago de Compostela. El olor a pulpo emanaba de la cocina y nos introdujeron hacia el comedor, con mesas bajas hechas con una madera de una luz especial.

Allí nos ofrecieron un menú de la casa por 9,90 euros y con un amplio repertorio de primeros y segundos platos. Decidimos elegir dos menús del día y una tapa de pulpo. Si comes fuera de menú puede salir un poco caro, ya que las raciones de pulpo oscilaban entre los 15 y los 22 euros y no son muy abundantes. La tapa de pulpo venía a costar lo mismo que un menú del día (9,90 euros) precio que me pareció abusivo, y nos quedamos con ganas de más, porque como su propio nombre indica era una tapa, y bastante escueta, por cierto. Pero el sabor era muy especial, con su pimentón picante y sal gorda para que sea un pulpo típico. La textura hacía ver que no era congelado.

Los primeros platos tardaron muchísimo en llegar, así como los dos albariños que pedimos y el pan, que olvidaron traerlo y llegó casi con los segundos platos. El chico que nos atendió era muy agradable pero de la cocina no salían platos, así que tardamos en comer un menú y una tapa alrededor de hora y media. Aprovechamos que no teníamos prisa y nos relajamos para degustar el menú. De primero pedimos una ensalada César que me pareció muy básica ya que apenas traía lechuga, unos trocitos de pollo y salsa de yogur, y unas pochas con almejas que sí que nos cautivaron porque tenían el sabor casero que íbamos buscando y la temperatura perfecta para ese día de lluvia.

Los segundos nos gustaron regular. Pedimos lubina a la espalda que era muy fina y estaba pasada, así que costaba muchísimo separarla de la piel. Además la lubina era muy, muy pequeña y no habían más que raspas. Y por otro lado pedimos lomo de buey que para mi gusto estaba muy poco hecho. Venía acompañado con patatas fritas caseras que tenían muy buen sabor pero en un minuto se quedaron frías.

Los postres fueron flan y natillas caseras (eché de menos la tarta de Santiago en el menú), mis natillas estaban muy líquidas y la galleta estaba recién puesta así que estaba dura, así que se quedaron en la mesa, prácticamente enteras.

Al final pagamos 37 euros por esta comida  (cada copa de albariño costaba 3,50 euros) y la verdad es que no nos fuimos satisfechos. A pesar de haber pedido dos menús y una tapa de pulpo yo me fuí con la sensación de haber comido poco, ya que la ensalada era muy pequeña y la lubina prácticamente se quedó en piel y raspas.  Si tuviera que poner una nota a este restaurante seria un suspenso. 

Como cuando llegamos no quedaban mesas, nos sentaron en una mesa alargada y justo a los cinco minutos llegó una familia italiana que se sentó en la misma mesa que nosotros sin ni si quiera una silla de separación, así que estuve toda la comida explicando a un señor italiano qué estaba comiendo y qué no, igual que si me hubiera sentado a comer con él en su mesa. Debería de haber un camarero que les indicara que se sentaran con cierta separación de nosotros. 

Y hasta aquí llega la reseña del pasado viernes, el viernes que viene nos vamos a Asturias, así que allí disfrutaremos comiendo y degustando sabores típicos para la semana que viene traéroslos a esta cocina de Brujas. Hasta entonces pasad un feliz fin de semana, y a los que tengáis puente que lo disfrutéis al máximo. Un abrazo para todos.

lunes, 4 de marzo de 2013

Empezamos: Zombie Bar

Hemos empezado a desempolvar las ganas, las sonrisas, los fines de semana en los que no parábamos de hacer cosas.


Madrid es tan grande y tan hermoso que hay que aprovecharlo, vivirlo y saborearlo. Hemos empezado a descubrir sus restaurantes y tabernas, y eso nos está encantando. Cada semana buscamos un lugar interesante para comer y allá vamos, me calzo unos tacones y me arreglo un poquito y damos el salto a la gran ciudad.



El viernes pasado encontramos un sitio muy peculiar (gracias a un blog que recomienda restaurantes en los que comer en Madrid). Está en la calle Pez nº7, se llama Zombie bar. La calle Pez siempre me ha parecido castiza y atrevida, y mientras la recorres sientes el corazón de la capital latiendo bajo los pies. Pues bien, este lugar no sólo tiene como positivo la situación, sino que además de lunes a viernes podéis degustar un menú del día por unos 10 euros, baratito y completo. Zombie bar ofrece otro concepto de comida rápida. Guacamoles, hamburguesas, ensaladas que apuestan por convertirse en comida de autor. El menú incluye un primero (ensalada, verduras a la plancha, puré...), un segundo (hamburguesa o sandwich) y un postre (si pedís helado de vainilla con galleta te lo sirven en un tarro). 

Las cervezas dobles las sirven en un tarro como el que véis en la fotografía y no es el único detalle que tiene este sitio. 

Una nueva idea para hacer de tu viernes un día especial. ¡Veremos qué nos presenta el siguiente!